El pasado martes tuvimos el placer de contar en clase con dos jóvenes, Rosa y Laura, que aprovechan su tiempo, en tanto encuentran trabajo, dedicándolo graciosamente a los demás. En este caso, mi propuesta de la semana anterior en la clase de Valores Éticos sobre si conocían a alguien a quien no le importase venir al centro a trabajar con nosotros el tema del acoso, tuvo inmediata acogida, puesto que una de mis alumnas se ofreció a hablar con una prima suya que se dedicaba a estos menesteres. Dicho y hecho. Rosa y Laura se pusieron en contacto conmigo por correo electrónico y concertamos la visita para el martes 20.
La finalidad de nuestras invitadas era sin duda que los estudiantes tomaran conciencia de qué era con certeza el acoso, cómo detectarlo pronto y cómo enfretarse a él. Para ello dinamizaron la clase por grupos para responder a unas cuestiones prediseñadas. La actividad tuvo una acogida entusista por parte de los alumnos. El grupo ganador obtuvo una recompensa y la satisfacción de que sobre este asunto tienen más conocimientos del que creen de antemano, puesto que o lo han vivido en carne propia o conocen personas cercanas que lo han sufrido o lo sufren.
Su página web está a disposición de quien tenga interés por el tema.
La semana que viene, en este intento de acercar la calle al aula, esperamos la presencia de la abuela de otra de nuestras alumnas para tratar el asunto de la violencia doméstica. Seguro que tampoco nos defraudará.
La lectura que están haciendo ahora durante el primer trimestre de Marioneta de Beatriz Berrocal se está convirtiendo en un aliado importante.
Es interesante escuchar este relato de Miguel Sánchez Robles, que trata el tema con gran tacto y especial sutileza.
Es interesante escuchar este relato de Miguel Sánchez Robles, que trata el tema con gran tacto y especial sutileza.
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