jueves, 8 de mayo de 2025

Silvia Jaquenod De Zsögön: Una llave atareada

 Una tarde, apenas ocultarse el Sol, salió con urgencia para abrir un viejo arcón de madera. Estaba tan oxidada su cerradura principal, que era casi imposible hacer girar el llavín.

Entonces la llave atareada, viró una y otra vez y, como si fuera magia, el arcaico cofre se abrió. Algo parecido sucedió ese mismo atardecer, aunque más entrada la noche, con un enorme baúl de gruesa piel, totalmente adornado con toda clase de figuras geométricas en bronce. No había manera de separar del resto su pomposa tapa abovedada. La llave atareada sudaba, se aceleró su pulso y advirtió un tanto de agitación.

lunes, 5 de mayo de 2025

Gloria Fuertes: Autobiografía

 "Mi obra, en general, es muy autobiográfica. Reconozco que soy muy Yoísta. Quizá -incluso- muy Glorista. Lo que a mí me sucedió, sucede o sucederá, es lo que le ha sucedido al pueblo, lo que nos ha ocurrido a todos, y el poeta sabe, más o menos , mejor o peor, contarlo. Necesita decirlo, porque necesitáis que lo digamos. Este cantar -o contar- mi vida en verso lo destaco valiente en mis múltiples autobiografías poéticas, que son más o menos biográficas y más o menos poéticas"

jueves, 1 de mayo de 2025

Fiodor Dostoievski: El sueño de un hombre ridículo

 Dostoievski concibe El sueño de un hombre ridículo como un cuento fantástico, escrito alrededor de 1876 e inicialmente incluido en el Diario de un escritor. Es la historia de un hombre, abandonado por todos, que narra su vida y las razones por las que siempre se ha sentido ajeno a la sociedad en un viaje de ensueño. Paco Ventura lo ha adaptado al teatro para reafirmar con contundencia que la indiferencia, la corrupción y la degeneración no pueden ser las condiciones de vida de nuestra sociedad.

El protagonista de El sueño de un hombre ridículo decide poner en práctica la idea del suicidio largamente cortejada. Sin embargo, se queda dormido con su arma cargada y….. sueña.»

lunes, 28 de abril de 2025

Nicolás Guillén: Puedes...?

 ¿Puedes venderme cielo,

el cielo azul a veces,
o gris también a veces,
una parcela de tu cielo,
el que compraste, piensas tú, con los árboles
de tu huerto, como quien compra el techo con la casa?
¿Puedes venderme un dólar
de cielo, dos kilómetros
de cielo, un trozo, el que tú puedas,
de tu cielo?
El cielo está en las nubes.
Altas las nubes pasan.
Nadie las tiene, nadie.