Desde 1917 la lengua española se regía por una gramática que se resistía a una revisión a fondo, es decir, una gramática que considerara que la lengua española es patrimonio de más de 400 millones de usuarios y no propiedad prioritaria de los hablantes de España, que somos solo un 10% aproximadamente de los que usan esta lengua.
Hubo una revisión en el año 1931, que sólo aportaba un artículo a la del 17. Y ya en el 73 se presentó un Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, que no tuvo continuación.
De esta manera, las 22 academias de la lengua española, coordinadas por la RAE, presentaron ayer la versión más completa de la Gramática de nuestro idioma, con casi 4000 páginas y casi 5 kilos de peso, en dos tomos, publicados por la editorial Espasa. Estos dos volúmenes están dedicados a la morfología y la sintaxis. El tercero, que se publicará unos meses más adelante, se ocupará de los aspectos fonéticos y fonológicos.
No es una versión en la que domine lo normativo, sino que trata de hacer recomendaciones de uso:
García de la Concha explica que se trata de una obra que conjuga descripción (dice cómo funciona la lengua) y prescripción (recomienda unos usos frente a otros): "Empezamos usando el esquema del Diccionario panhispánico de dudas, que es muy tajante -correcto / incorrecto-, pero nos dimos cuenta de que era necesario matizar porque hay cosas consolidadas como incorrectas en un país y en otros no. Nosotros hacemos una labor especular, cuando decimos 'no se recomienda o se prefiere otro uso', lo que decimos es que el pueblo hispanohablante prefiere otro uso". Para Ignacio Bosque, "las construcciones tienen una forma, un significado y una distribución geográfica, pero también un prestigio. Si la Academia no existiera sería exactamente igual".
Gramática en su mundo, artículo de Emilio Lledó en El País.
Ante la 'Gramática', artículo de José A. Millán.
Ante la 'Gramática', artículo de José A. Millán.
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