miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ana María Matute: Cervantes se ha sentado este año en el sillón 'K' de la RAE


En este momento, puedo decirlo, soy feliz, enormemente feliz
Con estas palabras ha recibido la escritora el premio, premio que entiende como un reconocimiento a una vida dedicada a la creación literaria.

Me da especial alegría que el Premio Cervantes haya recaído este año en la figura de Ana María Matute, la tercera mujer en recibirlo. Desde hace unos años vengo sintiendo una especial inclinación hacia el mundo imaginario creado por esta escritora, un mundo imaginario que no es muy corriente en la tradición literaria española. Una prosa llena de lirismo, de intimismo, pero a la vez plena de fuerza narrativa, que no deja indiferente a todo aquel a quien le sigue gustando que le cuenten cuentos.

Mi primer acercamiento lo hice hace bastante tiempo con Pequeño teatro, una novela breve en la que un forastero rompe la monotonía de un pueblecito marinero, Oiquixia. Esta es otra de sus cualidades; Matute es capaz de inventar nombres con regustos simbólicos y carácter mítico. Fue su primera novela, escrita a los 17 años, y que le daría en el 54 el Premio Planeta. Se destaca la complejidad de los personajes, que no se asemejan a las marionetas del teatrillo que entusiasman al protagonista, Llé Eroriak.

Poco después me hice con sus Cuentos de infancia, sus primeras creaciones literarias escritas e ilustradas por ella misma desde los cinco años. Es una publicación deliciosa, en la que la autora crea personajes extraordinarios como Volflorindo, en un cuento extenso que corresponde a sus años de adolescencia, Volflorindo o los mundos ignorados. El año pasado grabé este y otros cuentos para regalárselos a mis sobrinos. Los tenéis más abajo.







La última de las novelas que he leído ha sido Paraíso inhabitado, la penúltima de las publicadas por Ana María, una novela en la que vuelve los ojos hacia su propia la infancia, porque esta es la primera de sus historias en la que la autora se ha permitido dejar retazos de su biografía. Se trata de la infancia de una niña rebelde y llena de fantasía (tiene que pasar por ello por un internado muy estricto), que es capaz de luchar con sus escasas armas contra las normas rígidas de su familia hasta llegar a encontrar ese paraíso inhabitado del que habla el título.

Otra de sus novelas que han caído en mis manos ha sido Aranmanoth, que es una especie de cuento de hadas, en el que la escritora nos cuenta la historia de Aranmanoth, hijo natural del Señor de Lines y de un hada del agua, que recibe un encargo que contiene la semilla de la pérdida de su inocencia: proteger y custodiar a la mujer de su padre, una niña como él.

Como se puede apreciar, dentro de la línea de mitología, de leyenda, de magia y de fantasía que rodea a toda su producción literaria. Incluso, su gran novela, Olvidado rey Gudú, con apariencia de novela histórica, muestra todos estos condimentos. La autora decía que escribía sobre la Edad Media porque en la edad contemporánea nada había que mereciera ser contado. En ella se narra el nacimiento y expansión del reino de Olar. Multitud de personajes, aventuras y el propio paisaje sumergen al lector en una trama en la que todo interviene: el ansia de poder, lo desconocido, el miedo, el placer de la conquista, el amor y la ternura. Como símbolos de lo inalcanzable, el misterioso Norte, la inhóspita estepa al Este, y el Sur, rico y opulento, limitarán la expansión de un Reino en cuyo intrigante devenir intervendrán la astucia de una niña sureña, la magia de un viejo hechicero y las reglas del juego de una criatura del Subsuelo. Realidad y leyenda, pasado y futuro se confunden en una ficción que se nutre de las inquietudes, dudas y anhelos que desde siglos animan y dominan a la humana naturaleza.

...y las sensaciones han sido siempre enormemente placenteras.

El eco de la noticia en la prensa del día:
Ana María Matute, Premio Cervantes 2010

«No es suficiente una vida para escribir todo lo que quisiera»

Ana María Matute, premio Cervantes

Ana María Matute, «contentísima» y muy emocionada con su Premio Cervantes

La escritora en Página 2

El niño al que se le murió el amigo




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