Símbolo de la Guerra Civil española, del antibelicismo mundial y de la lucha por la libertad, Guernica es uno de los iconos del mundo contemporáneo. Se trata del grito atemporal contra la guerra, contra la matanza de inocentes, un mensaje de resistencia ante el autoritarismo y el fascismo. GUERNICA consigue reivindicar desde la vanguardia artística que el arte también tiene una función política, creando en este caso la imagen más relevante del siglo XX que defiende la paz y la libertad.
Para acercarnos a una obra como Guernica, es importante conocer cuál fue el proceso creativo llevado a cabo por Pablo Picasso (1881-1973). La obra nace de un encargo realizado por el gobierno español con el que se buscaba la colaboración de Picasso en la Exposition Internationale des Arts et Techniques dans la Vie Moderne de París, en 1937. El Gobierno buscaba utilizar el pabellón como instrumento de propaganda política que reflejara el drama que se estaba viviendo con la guerra. Para ello se contó con alguno de los artistas más importantes del momento, como Joan Miró, Julio González o el propio Picasso.
El encargo de la obra se realizaría los primeros días de enero, tras el cual el pintor alquila un gran taller en el número 7 de la Rue des Grans-Augustins. Picasso, sin embargo, no comienza a trabajar en el cuadro inmediatamente, tardaría más de cuatro meses en comenzar el encargo, tiempo en que decidió cuál debía ser el tema de la obra. Durante este tiempo, algunos de los hechos acaecidos durante la Guerra Civil afectaron al pintor, sobre todo la toma de Málaga, su ciudad natal, el 8 de febrero de 1937. Tras varios meses de abandono, los días 18 y 19 de abril comienza a trabajar en varios bocetos destinados al mural. Se trata de catorce estudios con el tema de El taller: el pintor y su modelo. Este es uno de los temas más recurrentes en la obra de Picasso, pero en este caso encontramos algunos detalles llamativos. En el primer dibujo, el brazo del pintor extendido hacia el caballete es el mismo que sostendrá posteriormente la lámpara en Guernica, y en el último introduciría el primer elemento político, un brazo sosteniendo la hoz y el martillo.
Sin embargo, todo cambia tras el 26 de abril, día en que la aviación alemana, al servicio del ejército nacionalista y a modo de ensayo, bombardea destruyendo en su totalidad la ciudad de Guernica. La noticia llega rápidamente a los periódicos franceses, y el eco de la tragedia propicia que la manifestación del día del trabajador, el primero de mayo en París, se convierta en una muestra de solidaridad y apoyo a España, con más de un millón de participantes. Ese mismo día, Picasso traza el primero de los bocetos de la obra.
Comenzaría así el proceso creativo de la obra, que duraría aproximadamente un mes. En ese tiempo Picasso realiza 45 bocetos en los que abordaría cuáles serían las figuras protagonistas de la escena y la composición de las mismas. Desde el primero de ellos se distinguen varios de los personajes que conformarán el cuadro: el toro, el caballo y la figura de la mujer en la ventana con el brazo extendido llevando una luz. El primer dibujo realizado no habla tanto de la guerra, sino que aparece más bien legado al grabado Minotauromaquia (1935). A este primer dibujo le siguen estudios de composición, dibujos y óleos a los que va añadiendo nuevos elementos: el guerrero muerto, la madre con su hijo muerto, y otros que descartará.
El 11 de mayo, Picasso comenzaría a trabajar con el lienzo a tamaño original, de 3,50 x 7,77 metros. Durante casi un mes que duraría el proceso de creación, el pintor utilizó el lienzo casi como un cuaderno de ideas, probando siempre nuevas composiciones y estados. Además, será entonces cuando pida a Dora Maar, fotógrafa periodista y su amante durante aquel momento, que cree una serie fotográfica sobre el proceso de creación de GUERNICA. El reportaje fue publicado en el número especial de la revista Cahiers d’Art dedicado monográficamente al cuadro. A partir de las fotografías de Dora Maar podemos ver cómo evolucionó la obra. Desde el principio Picasso utilizó solo el negro y el blanco como colores de la obra, lo cual la dota de un dramatismo de crónica periodística. Entre algunos de los cambios se observa cómo el disco solar que inicialmente iluminaba la escena viene sustituido por una lámpara encendida. A los lados, cuatro mujeres: una que sostiene a su hijo muerto, otra en llamas, la de la ventana y la que huye con los brazos caídos. En la parte superior izquierda aparecerá el toro, con un rostro completamente humanizado. El caballo aúlla de dolor, y en el suelo yacen los cadáveres de un guerrero y, hasta un estado avanzado de la composición, también de una mujer. A medida que todo cobra forma, la composición adquiere la forma de un tríptico con dos franjas verticales a ambos lados y un triángulo en el centro con la lámpara como vértice superior. En los estados finales, el artista traza una cuadrícula en el suelo, rellena con pequeñas rayas continuas el cuerpo del caballo y con otras verticales la falda de la madre, además termina de pintar de negro y gris la zona que rodea la lámpara y dibuja los filamentos de la bombilla. En el hueco vacío que queda entre las cabezas del toro y del caballo, traza unas líneas que conforman una mesa y decide pintar un pájaro gritando.
Sin duda, estamos ante uno de los procesos creativos mejor documentados de la Historia del arte, lo cual facilita, por un lado, saber cuáles fueron los pensamientos de Picasso durante el mes en que creó Guernica, y por otro, hacer de dominio público un documento gráfico sobre la creación de la obra que se convirtió en el grito antibelicista más importante del siglo XX.
Fuente: http://queaprendemoshoy.com
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