hace ya 82 años que nos arrebataron a una de nuestras glorias literarias por eso de que "no piensas como yo".
En este poema, la pena del poeta se manifiesta en una especie de carta de despedida (¿de la vida?). Pero con la forma de expresión de los místicos renacentistas que tendían a expresar sus experiencias más inefables con frases del tipo "un no sé qué...."
Miguel quiere arrancarse el corazón y pisotearlo; está pasando por un momento de desaliento, y le vienen a las mientes tentaciones suicidas. Toda su vida ha sido padecer; por eso, confiesa que le sobra el corazón, que ha sido siempre el lugar en donde han anidado los sentimientos del amor, ese amor que amor se le ha hurtado.
Y finalmente confiesa que no entiende muy bien por qué se perdona la vida cada día.
De todas las maneras, otra de las grandes creaciones del de Orihuela.
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