viernes, 11 de mayo de 2012

Visita Comenius a Oswestry

La última visita de las previstas dentro del Proyecto Comenius en el que nuestro centro está inmerso la hemos realizado entre el 25 y el 29 de abril a una localidad inglesa, Oswestry. En ella han intervenido cuatro alumnos y dos profesores. La experiencia de nuevo ha sido magnífica. Nuestros estudiantes han podido establecer contacto directo con el sistema de enseñanza público de Gran Bretaña, y con la vida diaria inglesa por el hecho de convivir durante cinco días en la casa de la familia que los acogía. Los alumnos y los profesores venimos muy satisfechos con este intercambio de experiencias.

La salida tuvo que demorarse un día puesto que tres de los alumnos que viajaban volvían de Irlanda en un programa de Intercambios culturales, acompañados por Elena Gil e Isabel Noguer, el mismo día que debíamos salir para Oswestry. Estaban molidos, pero creo que la ilusión podía con el cansancio. Durmieron de camino al aeropuerto de Málaga y en el avión.

En Oswestry nos esperaban las familias que acogían a María, Andrea, Miguel y Elena, y por supuesto, la lluvia (dicen que en Inglaterra hay dos tipos de clima, o está lloviendo o está a punto de llover).

El instituto (The Marches School) es un centro grande de más de 1300 alumnos. Nuestros estudiantes han acudido a las aulas y han participado en las lecciones que se impartían esos días, así como en las actividades que el centro tenía preparadas para los visitantes: la salida a Shresbury, la patria chica de Darwin (se tuvo que suspender el paseo fluvial por la subida del nivel del río, una auténtica lástima); o la visita a una localidad del norte de Gales, Llandudno, con su maravilloso paseo marítimo y su increíble pier que se adentra en el mar casi 500 metros, y que puede considerarse una prolongación del paseo marítimo. De allí a unos cinco kilómetros pudimos acercarnos al castillo de Conwy, un auténtico prodigio arquitectónico construido en solo seis años por orden del rey Eduardo I.

Y cómo no, el espectáculo cultural en el que participamos todos los países, padres, profesores y alumnos. Cada país tenía preparado un rinconcito de su tierra, de sus costumbres y de sus tradiciones. Pudimos palpar las distintas sensibilidades culturales y artísticas de Grecia, Alemania, Italia, España, Holanda e Inglaterra. En definitiva un fin de fiesta magnífico, acompañado de una representación de la gastronomía del Reino Unido con la que las familias quisieron agasajarnos.

En definitiva, un broche de oro para esta experiencia (esperemos que tenga continuidad en años venideros) que ha durado dos cursos escolares, que ha abierto nuestra mente a otros pueblos cercanos pero poco conocidos desde la perspectiva de la enseñanza, y que ha llenado nuestro zurrón de conocimiento, de experiencias, de bellas imágenes y más que nada de amistad.


Lo podréis comprobar en estas imágenes:













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