“¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé. Pero si tuviese que explicárselo a alguien no sabría cómo hacerlo” (San Agustín).
San Agustín llegó a la conclusión de que el tiempo es una propiedad de la mente. De hecho, el tiempo no existe más allá de la percepción que tengamos de él. Es el cerebro el que nos da una percepción del tiempo, no el tiempo en sí mismo.
De todas las cosas que poseemos, la más valiosa es, sin duda alguna, el tiempo. De hecho, es el mayor regalo que se le puede hacer una persona.
“Puedes pedirme cualquier cosa que quieras, excepto tiempo” (Napoleón).
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