La palabra siempre se resiste a expresar con precisión los sentimientos. Hace mucho que los poetas lo vienen diciendo en sus versos. Ante ello el yo poético siente miedo y pide dejar a un lado las palabras y pasar a la acción:
Dejemos, si lo quieren,
que estallen en un beso,
beso puro que engendren las miradas
Dime así que me entiendes,
que sientes lo que siento,
que es el porvenir de luz y flores
y que tan bello porvenir es nuestro.
Di que verme a tus plantas
es de tu vida el sueño,
dime así cuanto quieras…. cuanto quieras.
De que me hables así… no tengo miedo.
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