lunes, 5 de febrero de 2024

Miguel Hernández: A mi amigo Manolo, aguador ahogado

 Miguel le regaló el poema a su hermana Elvira, su primera lectora, su crítica más fiel. Ella le recomendó no publicarlo. Es que la elegía, dedicada a un amigo, Manolo el aguador, contenía una crítica hacia la madre de su compañero de tardes en el monte, a quien le atribuía el último grado de responsabilidad y acusaba de mezquina.

Así, oculto del mundo, llegó hasta la nieta de Elvira, quien recibió la herencia de publicarlo. Elvira conservó este poema, como así también las cartas y documentos de su hermano, hasta la fecha de su fallecimiento (en 1996), cuando pasan a manos de su hija mayor, Elvira Moreno Hernández, a quien años antes había confiado su custodia.
Si bien el manuscrito no está fechado, a través de los datos obtenidos en la hemeroteca, se podría situar en las primeras semanas de agosto de 1935. Los diarios La Verdad (7 de agosto de 1935), El Día (7 de agosto), La Libertad (6 de agosto) y El Luchador (5 de agosto) refieren al fallecimiento de un aguador de nombre Manuel García Ortuño, alias Solajes, natural de Orihuela.
"Las coincidencias tanto en el nombre, como en el oficio o en la causa de la muerte, pueden hacer pensar con cierta seguridad que este Manuel García Ortuño, que murió ahogado el 4 de agosto de 1935, es el destinatario de la elegía", aseguró Campelo Moreno.
"El poeta muestra su dolor por el amigo muerto y la rabia por la injusticia de su muerte, a través de figuras y referencias utilizadas ya en sus poemas anteriores: el agua, la tierra, el yunque, el trueno, el arado, los dientes", escribió su familiar, quien además -toda una especialista en la obra de su célebre familiar- agregó: "Las similitudes de esta elegía con la dedicada a Ramón Sijé, que escribiría pocos meses después –en enero de 1936–, tras la muerte de su amigo el 24 de diciembre de 1935, apoyan la fecha sugerida".
Infobae

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