domingo, 28 de junio de 2015

Jua José Arreola: Teoría de Dulcinea

En conmemoración del cuarto centenario de la publicación de la 2ª parte del Quijote, traigo hoy este relato del escritor mexicano Juan José Arreola, que hace una reinterpretación de las figuras de don Quijote y de Dulcinea, a la que saca de la imaginación cervantina para convertirla en persona de carne y hueso.



En un lugar solitario cuyo nombre no viene al caso hubo un hombre que se pasó la vida eludiendo a la mujer concreta. Prefirió el goce manual de la lectura, y se congratulaba eficazmente cada vez que un caballero andante embestía a fondo uno de esos vagos fantasmas femeninos, hechos de virtudes y faldas superpuestas, que aguardan al héroe después de cuatrocientas páginas de hazañas, embustes y despropósitos. 
En el umbral de la vejez, una mujer de carne y hueso puso sitio al anacoreta en su cueva. Con cualquier pretexto entraba al aposento y lo invadía con un fuerte aroma de sudor y de lana, de joven mujer campesina recalentada por el sol. 
 El caballero perdió la cabeza, pero lejos de atrapar a la que tenía enfrente, se echó en pos a través de páginas y páginas, de un pomposo engendro de fantasía. Caminó muchas leguas, alanceó corderos y molinos, desbarbó unas cuantas encinas y dio tres o cuatro zapatetas en el aire. 
Al volver de la búsqueda infructuosa, la muerte le aguardaba en la puerta de su casa. Sólo tuvo tiempo para dictar un testamento cavernoso, desde el fondo de su alma reseca. Pero un rostro polvoriento de pastora se lavó con lágrimas verdaderas, y tuvo un destello inútil ante la tumba del caballero demente.

domingo, 14 de junio de 2015

José Antonio Ramírez Lozano: Catalina la de Merlo




Bonita iniciativa la que se viene desarrollando desde hace diecisiete años en Trigueros con un certamen intenacional de narraciones breves. La idea partió de un profesor de Educación Física del IES Dolmen de Soto, Luis Domingo Delgado, apasionado por la lectura y por la literatura. Lo propuso al director, que lo apoyó sin dudarlo. De ahí al ayuntamiento. Había que intentarlo. Pero todo concurso debe contar con un premio y con alguien que lo patrocine. El alcalde de entonces, Domingo Prieto, apoyó la idea e incluso sugirió el nombre del certamen, Fernando Belmonte, un humanista triguereño, abogado y diputado republicano. El ayuntamiento se hace cargo del pago del primer premio.
Después llegaron las colaboraciones de la Diputación Provincial, la Fundación Cajasol, empresas locales, la Delegación Provincial de Educación y La Caixa.
Y cada año por estas fechas se celebra una fiesta de la palabra para reconocer la obra de los premiados que se ameniza con actuaciones musicales, recitales poéticos, representaciones teatrales, etc.
Este año durante la entrega de premios ha intervenido el trío de capilla Gólgota interpretando piezas de Mozart y Gabriel's de Ennio Morricone, una delicia para los oídos. La segunda parte estuvo dedicada a saborear la palabra de la mano de La Caravana del verso, un recital poético magnífico conducido por la voz profunda y serena de Joaquín de la Buelga, que nos regaló la palabra bien dicha de Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Alberti, Julio Llamazares, Félix Grande,...
Fue el momento de comprender que la litertaura es eso, el oficio personal de un autor que llega a trascender y se universaliza, cuando produce la respuesta emocional en las gentes de otros sitios y de otros momentos.
Eso fue lo que pasó el viernes 12 de junio. Aunque el relato que os traigo en esta entrada es el que ganó en la edición del año pasado. El autor es José A. Ramírez Lozano, profesor de Lengua y Literatura en Secundaria y compañero de departamento del que esto escribe en el IES Mateo Alemán hace ya algunos lustros.
Se trata de un relato que habla de la incomunicación en la sociedad actual. Una incomunicación que lleva a la protagonista a buscar una palabra de amor, aunque para ello tenga que llegar a la impostura.
Pueden leerlo aquí.