domingo, 26 de octubre de 2008

Lista de lecturas voluntarias para 4º ESO



Bajarse al moro de J.L. Alonso de Santos,
El guardián entre el centeno de D. J. Salinger,
La Isla del Tesoro, Los mares del sur, El diablo en la botella de R. L. Stevenson
Crónica de una muerte anunciada. El coronel no tiene quien le escriba, Relato de un náufrago de Gabriel García Márquez,
Diez negritos de A. Christie,
La perla de J. Steinbeck,
Cuentos de la selva de H. Quiroga,
El príncipe destronado, El camino, Cinco horas con Mario, Los santos inocentes de M. Delibes,
Trafalgar, Misericordia, Marianela de Benito Pérez Galdós,
Mi familia y otros animales, Animales en general de G. Durrell,
La ciudad de los prodigios. El misterio de la cripta embrujada. El laberinto de las aceitunas, Sin noticias de Gurb de E. Mendoza,
Tres sombreros de copa de M. Mihura,
El fantasma de Canterville de O. Wilde,
Niebla, San Manuel Bueno Mártir de M. de Unamuno,
El señor de las moscas de W. Golding,
Pic-Nic de F. Arrabal,
Carolus Rex de R.J. Sender,
Cuentos, El escarabajo de oro de E.A Poe,
El principito de A. Saint-Exupéry,
Mansura de Félix de Azúa,
Las brujas de Roal Dahl,
Memorias de una vaca de Bernardo Atxaga,
Sherlock Holmes de A.C. Doyle,
Los intereses creados de J. Benavente,
Bodas de sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba, de F. García Lorca,
Todos los detectives se llaman Flanagan, Vampiro a mi pesar, de Andreu Martín,
El perseguidor de J. Cortázar,
La guerra del tiempo de A. Carpentier,
Rinconete y Cortadillo de M. de Cervantes,
Siddhartha de H. Hesse,
El perfume de P. Süskind,
Como agua para chocolate, de L. Esquivel,
Sonata de primavera de Valle-Inclán,
Las inquietudes de Shanti Andia, La dama de Urtubi de Pío Baroja,
Cuentos morales de L. Alas Clarín,
El gran Meaulnes de H. Alain-Foumier,
Rebeldes de Susan Hinton , La zona muerta de S. Ring,
Yo robot de JL Asimov,
El vizconde demediado de Italo Calvino,
El mago de Oz de L. F. Baum,
Caperucita en Manhattan de Carmen M. Gaite,
La casa de los espíritus, De amor y de sombra, La ciudad de las bestias, Eva Luna de Isabel Allende,
Historias fantásticas de Bioy Casares,
Jane Eyre de C. Brontë,
Cumbres Borrascosas de E. Brontë,
Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol,
El nombre de la rosa de U. Eco,
La historia interminable de M. Ende,
El viejo y el mar de Hemingway,
El túnel de E. Sábato,
La sonrisa etrusca de J. L. Sampedro,
Plenilunio, Beltenebros, El invierno en Lisboa, El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina
Cinco panes de cebada de Lucía Baquedano,
Los escarabajos vuelan al atardecer de María Gripe
El misterio del eunuco de José Luis Velasco
La catedral de César Mallorquí
El diario secreto de Adrian Mole de Sue Townsend
El curso en que me enamoré de ti de Blanca Álvarez
Las ruinas de Numancia de Mª Isabel Molina
A la sombra de una oliva de Ángel Sánchez Redondo
Campos de fresas deJordi Sierra i Fabra
Diario de un campo de barro de Ricardo Gómez
Donde esté mi corazón de Jordi Sierra i Fabra
El club de los asesinos limpios de Blanca Álvarez
La voz dormida de Dulce Chacón
El alquimista de Paulo Coelho
El Cartero de Neruda de Antonio Skarmeta

Lectura en voz alta


Francisco Nieva publica hoy en el suplemento de Libros de La Razón un artículo con el título Se escucha leer, con el subtítulo "El tiempo en que tantos seres humanos oían leer a otros pasó definitivamente".
Un párrafo:
"Llevo décadas sin reunir a un grupo de amigos para leerles una comedia, así por las buenas. Recuerdo un tiempo de la posguerra en que los escritores ya se decían unos a otros: «Si me lees, te leo». No dejaba de ser una tortura escuchar a un compañero que no tenía la voz persuasiva de un locutor de radio, que no daba la adecuada expresión vocal a sus propias palabras a pesar de su mucho talento. El inefable Claudio Rodríguez, por ejemplo. ¿No resulta mejor leer privadamente las ocurrencias de un amigo, en buena letra de ordenador, ya sea estampada o en la pantalla? Ciertamente, algo se ha perdido. Con aquello se notaba el pulso emotivo y la reacción espontánea de los oyentes. Se ha perdido, pues, intimidad. El escritor se acantona en su vida privada y es su agente quien trabaja por él. Mucho habría que decir sobre ese aislamiento y sus consecuencias. Sin embargo, cuán necesario es para un escritor contar con un confidente próximo de quien recabar una primera impresión. Molière leía sus comedias a la cocinera. ¿Quién encuentra ahora una cocinera con tan bella disposición"

Se refiere el autor, es evidente, a la lectura en voz alta entre los propios escritores.
Por eso, porque parece que esta costumbre tan sana está cayendo definitivamente en el olvido es por lo que cada día comienzo mis clases con la lectura en voz alta de una obra completa. Seguramente es el mejor momento de cada clase. Y aún mejor, si, como ocurre con frecuencia, los estudiantes me dicen: "¿Ya está? Sigue leyendo un poco más"
Me refuerza en mi idea el médico y psicólogo argentino Antonio M. Battro en una columna publicada en febrero de 2004 en el diario La Nación con el título La lectura en voz alta, mejor para el cerebro.
También es interesante este enlace con la opinión de Gerardo Daniel Cirianni.

sábado, 25 de octubre de 2008

Una más sobre enseñanza


Me he topado hoy con este artículo de opinión del escritor Joan Garí en el diario Público. Sus reflexiones me parecen acertadas y tocan la llaga de la situación de la enseñanza pública en España; sí, la llaga por la que se desangra un sistema en el que los estudiantes que ven que la formación es un valor en sí mismo se sienten asaltados en sus pretensiones por los "compañeros" que los miran mal porque gastan su tiempo en aprender.
Cuando se habla con cualquiera sobre este asunto, fácilmente se deja ver que la enseñanza es reconocida como un aspecto crucial en toda sociedad madura que se precie de serlo. Lastimosamente esto choca inmediatamente con los gestores del sistema que, aburridos en sus despachos, y teniendo que alimentar las carpetas de quienes les demandan informes, informes y más informes, no hacen sino olvidarse de que la escuela o el instituto es un lugar al que los padres envían a sus criaturas a que unos profesionales (que se han preparado para eso) los guíen en el aprendizaje de las materias básicas del currículo, a que se relacionen con sus semejantes y a que contrasten y encajen su educación doméstica con la de los demás, sin choques y con el respeto debido a la diversidad.

La imagen acompaña al artículo.

viernes, 24 de octubre de 2008

Los mejores lectores, los de 10 a 13 años

Para los editores, el sector de población que más lee es el comprendido entre los diez y los trece años. A partir de esa edad, el índice de lectura empieza a bajar considerablemente. La labor de los profesores se señala como uno de los factores de animación a la lectura más influyentes, así como la de los propios padres.

Entresaco un párrafo:
“Pese a todas las estadísticas que año tras año parecen indicar que somos un país de no lectores, es una realidad incontestable que jóvenes y adolescentes cada vez lo hacen más. Aunque es cierto que al llegar a la adolescencia hay un bajón en esta actividad, porque tienen una oferta de ocio muy atractiva y la lectura no está en entre sus favoritas, tengo una sensación de optimismo y de que las sucesivas campañas de lectura han calado”, dice Marta Vilagut, editora de Destino Inf antil y Juvenil.

Es interesante leer este artículo del diario Público.