lunes, 25 de febrero de 2008

Elogio del resumen


¡Qué difícil es hacer un buen resumen! Este es un caballo de batalla que tenemos los profesores de Lengua cada día en nuestras aulas. Es complicado transmitir qué se debe entender como esencial cuando se acaba de leer un texto. Espero que una voz más autorizada que la mía os oriente un poco:

El resumen tiene dos funciones, una para quien lo hace y otra para quien lo lee. Pienso que hacerlo es mucho más importante que leerlo. El arte del resumen es importante y muy útil, y se aprende haciendo muchos resúmenes. Hacer resúmenes enseña a condensar las ideas. En otras palabras, enseña a escribir. Al terminar la universidad seguí un curso para comentaristas de televisión y nuestro monitor, Pier Emilio Gennarini, nos ponía frente a una pantalla en la que transcurría un trozo de noticiario mudo. Teníamos en las manos el texto de una agencia de noticias. Como primer ejercicio, suponiendo que el texto filmado fuera de dos minutos, debíamos escribir un resumen de la noticia que durara un minuto y medio. El segundo ejercicio consistía en decir las mismas cosas en un minuto. Y en la tercera prueba no podíamos ir más allá del medio minuto. Algo se perdía, naturalmente, pero el arte del resumen consiste también en eso, en saber qué se puede pasar por alto y en reconocer que algo que se dice en medio minuto no es lo mismo que se ha dicho en dos minutos, por lo cual es necesario decidir qué es lo verdaderamente importante, central.

ECO, Humberto, “Elogio del resumen”, en
Quimera, nº 51, pp. 13-15
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