sábado, 18 de febrero de 2012

Dulce Mª Loynaz: El espejo

Dulce María Loynaz nació en La Habana (Cuba) el 10 de diciembre de 1902. Su padre, Enrique Loynaz del Castillo, general del Ejército Libertador, de cuya pluma brotó la letra del Himno Invasor; la madre, aficionada al canto, la pintura y el piano, combinación que despertó en Dulce María Loynaz un amor desmedido por la poesía.
En 1919 aparecen publicados en el periódico cubano La Nación, sus dos primeros poemas: "Invierno de almas" y "Vesperal". A los 24 años de edad, en 1927, se doctoró en Derecho Civil en la Universidad de La Habana y aunque esta profesión no era completamente de su agrado, la ejerció hasta 1961, siempre en asuntos de tipo familiar.
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En este poema la escritora cubana hace un ejercicio de retórica, y juega con la asimilación de espejo=agua estancada; por eso, se trata de un estanque vertical, pero que ya no refleja la vida, la luz real, sino una luz solo recordada. Es un agua que ya no baila porque el viento ya no pasa por ella. Es un poema de la tristeza, pero a la vez lleno de belleza.



EL ESPEJO

Este espejo colgado a la pared,
donde a veces me miro de pasada...
es un estanque muerto que han traído
a la casa.
Cadáver de un estanque es el espejo:
Agua inmóvil y rígida que guarda
dentro de ella colores todavía,
remembranzas
de sol, de sombra... —filos de horizontes
movibles, de la vida que arde y pasa
en derredor y vuelve y no se quema
nunca... —Vaga
reminiscencia que cuajó en el vidrio
y no puede volverse a la lejana
tierra donde arrancaron el estanque,
aún blancas
de luna y de jazmín, aún temblorosas
de lluvias y de pájaros, sus aguas...
Esta es agua amansada por la muerte:
Es fantasma
de un agua viva que brillara un día,
libre en el mundo, tibia, soleada...
¡Abierta al viento alegre que la hacía
bailar...! No baila
más el agua; no copiará los soles
de cada día. Apenas si la alcanza
el rayo mustio que se filtra por
la ventana.
¿En qué frío te helaron tanto tiempo
estanque vertical, que no derramas
tu chorro por la alfombra, que no vuelcas
en la sala
tus paisajes remotos y tu luz
espectral? Agua gris cristalizada,
espejo mío donde algunas veces
tan lejana
me vi, que tuve miedo de quedarme
allí dentro por siempre...Despegada
de mí misma, perdida en ese légamo
de ceniza de estrellas apagadas...

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