En esta PÁGINA podrás encontrar todo lo necesario para hacer un buen comentario de texto.
Este es un enlace muy bueno donde encontrar comentarios ya desarrollados de textos de diferentes épocas y autores
2 comentarios:
Eloísa
dijo...
Cuando un poema me emociona, cuando me dice algo, cuando casi me hace reír o llorar al leerlo, cuando me sorprende, cuando aún está entero y disfruto tanto de él, me encanta hacer un comentario literario (o al menos intentarlo, creo que estoy aprendiendo). Hacer un comentario de texto me pone frente a frente con el poema, me hace pensar en él, analizar lo que me transmite. Y le hago la autopsia, lo destripo, lo eviscero, miro sus órganos, le saco hasta la última gota de su sangre, le exprimo todo el jugo… entonces puedo ver más allá, puedo ver dentro de él, disfrutar aún más de lo que me dice, de cómo me lo dice. Y al final en la conclusión lo vuelvo a coser, lo vuelvo a cerrar, lo vuelvo a contemplar como estaba: intacto, bello, completo… Y entonces no sé decidir si me ha gustado más por fuera o por dentro. Y concluyo que me ha gustado el todo, el poema entero, muchísimo más que al principio.
Para mí un comentario de texto de un poema me supone un gran placer por dos motivos: el primero es porque logra sacar hasta el último jugo del poema, sacar a flote cosas que a mí probablemente me hubieran pasado inadvertidas, toda la belleza de las palabras que a lo mejor yo no había sabido ver; y el otro motivo, y muy importante, es que cuando ya se ha acabado el poema me permite prolongar el placer que me produce durante varias páginas, quedarme con su eco resonando durante más tiempo, extendiendo las sensaciones a flor de piel y en mi mente más allá de sí mismas. Esto es un goce increíble. Por eso casi me gustan tanto los poemas como su estudio.
2 comentarios:
Cuando un poema me emociona, cuando me dice algo, cuando casi me hace reír o llorar al leerlo, cuando me sorprende, cuando aún está entero y disfruto tanto de él, me encanta hacer un comentario literario (o al menos intentarlo, creo que estoy aprendiendo).
Hacer un comentario de texto me pone frente a frente con el poema, me hace pensar en él, analizar lo que me transmite. Y le hago la autopsia, lo destripo, lo eviscero, miro sus órganos, le saco hasta la última gota de su sangre, le exprimo todo el jugo… entonces puedo ver más allá, puedo ver dentro de él, disfrutar aún más de lo que me dice, de cómo me lo dice. Y al final en la conclusión lo vuelvo a coser, lo vuelvo a cerrar, lo vuelvo a contemplar como estaba: intacto, bello, completo… Y entonces no sé decidir si me ha gustado más por fuera o por dentro. Y concluyo que me ha gustado el todo, el poema entero, muchísimo más que al principio.
Para mí un comentario de texto de un poema me supone un gran placer por dos motivos: el primero es porque logra sacar hasta el último jugo del poema, sacar a flote cosas que a mí probablemente me hubieran pasado inadvertidas, toda la belleza de las palabras que a lo mejor yo no había sabido ver; y el otro motivo, y muy importante, es que cuando ya se ha acabado el poema me permite prolongar el placer que me produce durante varias páginas, quedarme con su eco resonando durante más tiempo, extendiendo las sensaciones a flor de piel y en mi mente más allá de sí mismas. Esto es un goce increíble. Por eso casi me gustan tanto los poemas como su estudio.
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