martes, 27 de abril de 2010

El libro, la revolución tecnológica

En el blog de Felipe Zayas me he topado con esta entrada cargada de ironía, pero que nos hace caer en la cuenta de las potencialidades del libro frente a la era digital.

lunes, 26 de abril de 2010

Miguel Hernández: Elegía

Miguel está en Madrid aspirando a convertirse en poeta reconocido. Ha dado un cambio radical al tono de su poesía; se ha desligado de sus vínculos pueblerinos y religiosos y ha roto con la línea 'impuesta' por su amigo Ramón Sijé. Ahora su poesía corre por los cauces de la de Neruda y Vicente Aleixandre. Sijé se lo echa en cara. Rompen su amistad. En estas circunstancias recibe el poeta la noticia, cuando todavía no se han reconciliado. Este hecho le produce un mayor desgarro aún, lo que se evidencia en sus versos.
Posiblemente se trata de uno de los poemas de Miguel Hernández que mejor lo identifican. Está cargado de fuerza y dramatismo. El poeta, con un corazón pleno de tormento, muestra su dolor por la muerte de su amigo del alma Ramón Sijé, y manifiesta su enfado con la propia tierra que lo acoge; quiere convertirse en hortelano de esa tierra para sacarlo de allí y regresarlo a la vida, con la sola intención de seguir conversando con él.

viernes, 23 de abril de 2010

Pablo Neruda: Tu risa

En esta entrada me gustaría hacer una especie de regalo recitado a mi mujer; regalo que es una petición puesta en boca del poeta chileno que dice todo lo que yo pienso (y no me sale). En estos momentos de reveses de la vida, su fuerza es mi fuerza; y no podría permitirme que se nublaran su alegría y su sonrisa. Por ti, Mamen.



Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.

Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mi todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.

miércoles, 21 de abril de 2010

García Lorca: Cuerpo presente (Llanto por Ignacio Sánchez Mejías)

Federico utiliza aquí en este poema toda la fuerza de quien quiere proteger el cuerpo ya sin vida de su amigo del alma. Solo quiere a su alrededor a las personas que sientan lo que siente él. El lenguaje se impregna de la dificultad del surrealismo tan querido por los poetas de la Generación del 27.



La piedra es una frente donde los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados,
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y planetas.
Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.
Porque la piedra coge simientes y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.
Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:
la muerte lo ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.
Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve,
se calienta en la cumbre de las ganaderías.
¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.
¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.
Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos:
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.
Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen dónde está la salida
para este capitán atado por la muerte.
Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.
Que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.
No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vela, reposa: ¡También se muere el mar!

martes, 20 de abril de 2010

Miguel Delibes en Ivoox


Estos días en los que estoy subiendo mis podscats a Ivoox, me ha dado por hacer una incursión por este portal y me tropezado con la alegre sorpresa de que hay un apartado especial dedicado a Miguel Delibes. En él podemos encontrar muchas de las menciones, comentarios y programas especiales que se han dedicado estos días al escritor de Valladolid con motivo de su fallecimiento. Hay espacios de radio interesantísimos.

lunes, 19 de abril de 2010

Premio "Vale la pena"

Me gustaría felicitar a Virginia, autora del blog Entre libros, por la magnífica bitácora, llena de posibilidades y de sugerentes actividades. Me parece que está haciendo un trabajo estupendo.
Gracias, Virginia, por hacer mención de mi trabajo en este blog sin más pretensiones que presentar materiales y actividades de refuerzo para mis alumnos de Secundaria.
La nómina de blogs y webs que me resultan imprescindibles son los que siguen:
Entre Libros
A pie de Aula
Darle a la Lengua
Aula de Letras
Blog de Lengua
Lengua en Secundaria
Odio el verano
Tres tizas
El blog del profesor de Lengua
Re(paso) de Lengua
Nosololibros


Me gustaría decir también que este orden no pretende priorizar de mejor a peor página. Se trata tan solo de hacer una relación de webs necesarias para el profesor de Lengua.


sábado, 17 de abril de 2010

Mario Benedetti: Un padrenuestro latinoamericano

Benedetti decidió pedir por las tierras de Hispanoamérica de esta manera:



Padre nuestro que estás en los cielos
con las golondrinas y los misiles
quiero que vuelvas antes de que olvides
cómo se llega al sur de Río Grande
Padre nuestro que estás en el exilio
casi nunca te acuerdas de los míos
de todos modos dondequiera que estés
santificado sea tu nombre
no quienes santifican en tu nombre
cerrando un ojo para no ver las uñas
sucias de la miseria
en agosto de mil novecientos sesenta
ya no sirve pedirte
venga a nos el tu reino
porque tu reino también está aquí abajo
metido en los rencores y en el miedo
en las vacilaciones y en la mugre
en la desilusión y en la modorra
en esta ansia de verte pese a todo
cuando hablaste del rico
la aguja y el camello
y te votamos todos
por unanimidad para la Gloria
también alzó su mano el indio silencioso
que te respetaba pero se resistía
a pensar hágase tu voluntad
sin embargo una vez cada tanto
tu voluntad se mezcla con la mía
la domina
la enciende
la duplica
más arduo es conocer cuál es mi voluntad
cuándo creo de veras lo que digo creer
así en tu omnipresencia como en mi soledad
así en la tierra como en el cielo
siempre
estaré más seguro de la tierra que piso
que del cielo intratable que me ignora
pero quién sabe
no voy a decidir
que tu poder se haga o se deshaga
tu voluntad igual se está haciendo en el viento
en el Ande de nieve
en el pájaro que fecunda a su pájara
en los cancilleres que murmuran yes sir
en cada mano que se convierte en...
claro no estoy seguro si me gusta el estilo
que tu voluntad elige para hacerse
lo digo con irreverencia y gratitud
dos emblemas que pronto serán la misma cosa
lo digo sobre todo pensando en el pan nuestro
de cada día y de cada pedacito de día
ayer nos lo quitaste
dánosle hoy
o al menos el derecho de darnos nuestro pan
no sólo el que era símbolo de Algo
sino el de miga y cáscara
el pan nuestro
ya que nos quedan pocas esperanzas y deudas
perdónanos si puedes nuestras deudas
pero no nos perdones la esperanza
no nos perdones nunca nuestros créditos
a más tardar mañana
saldremos a cobrar a los fallutos
tangibles y sonrientes forajidos
a los que tienen garras para el arpa
y un panamericano temblor con que se enjugan
la última escupida que cuelga de su rostro
poco importa que nuestros acreedores perdonen
así como nosotros
una vez
por error
perdonamos a nuestros deudores
todavía
nos deben como un siglo
de insomnios y garrote
como tres mil kilómetros de injurias
como veinte medallas a Somoza
como una sola Guatemala muerta
no nos dejes caer en la tentación
de olvidar o vender este pasado
o arrendar una sola hectárea de su olvido
ahora que es la hora de saber quiénes somos
y han de cruzar el río
el dólar y su amor contrarrembolso
arráncanos del alma el último mendigo
y líbranos de todo mal de conciencia
amén.

miércoles, 14 de abril de 2010

Festival de teatro de Itálica: Edipo, rey

En la mañana de hoy, un año más, alumnos de Latín de 4º han asistido a la representación de una de las tragedias de Sófocles, la conocida Edipo, rey, interpretada por estudiantes de la Escuela Superior de Arte Dramático de la Universidad de Málaga.


El teatro de Itálica estaba a rebosar de estudiantes de muchos colegios e institutos de Andalucía; algunos llegaban desde el norte de España.

El argumento de la obra, en pocas palabras, es el que sigue:
Ante la peste desatada en Tebas, Edipo envía a su cuñado Creonte a consultar el oráculo. Vuelve éste con el mandato de descubrir al asesino de Layo, rey anterior de Tebas. Edipo pide la colaboración del adivino Tiresias que no quiere hablar, pero ante las injurias del Rey, acaba acusándolo de ser él el asesino.
Yocasta trata de calmar a Edipo quitando importancia a la adivinación: un oráculo había predicho que el hijo de Layo mataría a su padre y se casaría con su madre, pero había muerto en una encrucijada por unos salteadores.
Las averiguaciones de Edipo (a pesar de las advertencias de Yocasta, que le quiere disuadir de continuar) tratando de descubrir la verdad le llevan a la catástrofe: se confirma que es él el asesino. Edipo se ciega con una fíbula y parte al destierro.



domingo, 11 de abril de 2010

Quevedo censor


Ya se sabía que don Francisco de Quevedo y Villegas había sido censor en su época. Así lo atestiguan los documentos inéditos encontrados por el catedrático de Historia Moderna Fernando Bouza, de la Complutense de Madrid. Estos manuscritos se guardan en el Archivo Histórico Nacional. En esos textos Quevedo pide autorización para editar libros y para determinar el precio al que se venderán. Y también, como ya hicieron Lope de Vega y otros autores conocidos, se prestó a hacer el papel de censor de libros, como ocurrió en el caso de la publicación de El culto sevillano de Juan de Robles, aprobado, aunque no llegó a editarse hasta el siglo XIX; o el libro El Fénix, de José Pellicer, que apareció publicado, pero con una aprobación diferente.

viernes, 9 de abril de 2010

Miguel Hernández: Me sobra el corazón

En este poema, la pena del poeta se manifiesta en una especie de carta de despedida (¿de la vida?). Pero con la forma de expresión de los místicos renacentistas que tendían a expresar sus experiencias más inefables con frases del tipo "un no sé qué...."
Miguel quiere arrancarse el corazón y pisotearlo; está pasando por un momento de desaliento, y le vienen a las mientes tentaciones suicidas. Toda su vida ha sido padecer; por eso, confiesa que le sobra el corazón, que ha sido siempre el lugar en donde han anidado los sentimientos del amor, ese amor que amor se le ha hurtado.
Y finalmente confiesa que no entiende muy bien por qué se perdona la vida cada día.
De todas las maneras, otra de las grandes creaciones del de Orihuela.



Hoy estoy sin saber yo no sé cómo
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.
Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.

No puedo con mi estrella,
y me busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.

Si no fuera… ¿por qué?... no sé por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo ahí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.

Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.

Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
qué inconformes mis ojos?

Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?

Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.

Me sobra el corazón.

Hoy descorazonarme,
yo el más descorazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.

miércoles, 7 de abril de 2010

Luis Cernuda: El piano (Ocnos)

Poeta español nacido en Sevilla en 1902.
Perteneció a una familia acomodada donde respiró una atmósfera de estricta disciplina, reflejada en su carácter tímido, introvertido y amante de la soledad.
Estudió Derecho y Literatura Española. Lírico exquisito, fue encasillado entre los representantes de la «Poesía pura».
En 1925 comenzó a frecuentar el ambiente literario, haciendo amistad con los más destacados poetas de su generación: Alberti, Aleixandre, Prados, y García Lorca, entre otros.
Exiliado después de la guerra civil, fue profesor de Literatura en Glasgow, Cambridge, Londres, Estados Unidos y México, donde falleció en 1963.

Datos tomados de http://amediavoz.com/cernuda.htm



Luis Cernuda era vecino del compositor Joaquín Turina en la calle Acetres de Sevilla. En estas líneas habla precisamente de los momentos en los que lo escuchaba tocar el piano, de cómo las notas impregnaban el ambiente y lo llenaban todo; y nos habla de sus sentimientos de respeto y admiración por el artista. La descripción de esos momentos ayuda al lector a crear las imágenes con gran viveza.

Pared frontera de tu casa vivía la familia de aquel pianista..., quien siempre ausente por tierras lejanas, en ciudades a cuyos nombres tu imaginación ponía un halo mágico, alguna vez regresaba por unas semanas a su país y a los suyos. Aunque no aprendieras su vuelta por haberle visto cruzar la calle, con su aire vagamente extranjero y demasiado artista, el piano al anochecer te lo decía.


Por los corredores ibas hacia la habitación a través de cuya pared él estudiaba, y allí solo y a oscuras, profundamente atraído mas sin saber por qué, escuchabas aquellas frases lánguidas, de tan penetrante melancolía, que llamaban y hablaban a tu alma infantil, evocándole un pasado y un futuro igualmente desconocidos.


Años después otras veces oíste los mismos sones, reconociéndolos y adscribiéndolos ya a tal músico de ti amado, pero aún te parecía subsistir en ellos, bajo el renombre de su autor, la vastedad, la expectación de una latente fuerza elemental que aguarda un gesto divino, el cual, dándole forma, ha de hacerla brotar bajo la luz.


El niño no atiende a los nombres sino a los actos, y en éstos al poder que los determina. Lo que en la sombra solitaria de una habitación te llamaba desde el muro, y te dejaba anhelante y nostálgico cuando el piano callaba, era la música fundamental, anterior y superior a quienes la descubren e interpretan, como la fuente de quien el río y aun el mar sólo son formas tangibles y limitadas.

sábado, 3 de abril de 2010

Miguel Hernández: Carta


En el mundo de la comunicación en el que estamos inmersos, se nos empieza a hacer inconcebible un mundo como el que nos deja entrever aquí el poeta de Orihuela.

Miguel Hernández parte de la imagen metafórica de la carta como paloma, por su blancura y por el parecido con el sobre abierto. La carta-paloma es símbolo de libertad, porque las palabras pueden volar y traspasar las barreras. Las cartas son portadoras de sueños y de deseos. Pero hay cartas de esas que no llegan a su destino, cartas llenas de sentimientos y de estremecimientos que no pueden comunicar ya con las personas a las que se destinaban. El papel en el que se escriben se convierte en una especie de cementerio de las pasiones de antes y de los amores que se esperaban.

En su caso particular, hasta los tinteros se hacen cómplices de sus sentimientos de amor hacia su mujer. La tinta oscura es sangre humana, llena de calor de hombre. Por eso, reclama noticias en forma de palabras que correspondan a su amor verdadero.

Y debajo de todo ello, la prisión, la guerra que mata a seres humanos que no llegarán a leer jamás esas palabras escritas en un papel ya agujereado por el tiempo.






El palomar de las cartas
abre su imposible vuelo
desde las trémulas mesas
donde se apoya el recuerdo,
la gravedad de la ausencia,
el corazón, el silencio.

Oigo un latido de cartas
navegando hacia su centro.

Donde voy, con las mujeres
y con los hombres me encuentro,
malheridos por la ausencia
desgastados por el tiempo.

Cartas, relaciones, cartas:
tarjetas postales, sueños,
fragmentos de la ternura,
proyectados en el cielo,
lanzados de sangre a sangre
y de deseo a deseo.

Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.

En un rincón enmudecen
cartas viejas, sobres viejos,
con el color de la edad
sobre la escritura puesto.
Allí perecen las cartas
llenas de estremecimientos.
Allí agoniza la tinta
y desfallecen los pliegos,
y el papel se agujerea
como un breve cementerio
de las pasiones de antes,
de los amores de luego.

Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.

Cuando te voy a escribir
se emocionan los tinteros:
los negros tinteros fríos
se ponen rojos y trémulos,
y un claro calor humano
sube desde el fondo negro.

Cuando te voy a escribir,
te van a escribir mis huesos:
te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento.

Allá va mi carta cálida,
paloma forjada al fuego,
con las dos alas plegadas
y la dirección en medio.
Ave que sólo persigue,
para nido y aire y cielo,
carne, manos, ojos tuyos,
y el espacio de tu aliento.

Y te quedarás desnuda
dentro de tus sentimientos,
sin ropa, para sentirla
del todo contra tu pecho.

Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.

Ayer se quedó una carta
abandonada y sin dueño,
volando sobre los ojos
de alguien que perdió su cuerpo.

Cartas que se quedan vivas
hablando para los muertos:
papel anhelante, humano,
sin ojos que puedan serlo.

Mientras los colmillos crecen,
cada vez más cerca siento
la leve voz de tu carta
igual que un clamor inmenso.
La recibiré dormido,
si no es posible despierto.
Y mis heridas serán
los derramados tinteros,
las bocas estremecidas
de rememorar tus besos,
y con su inaudita voz
han de repetir: te quiero.

EL HOMBRE ACECHA (1937-1939)

jueves, 1 de abril de 2010

Mario Benedetti: Defensa de la alegría

De vez en cuando la vida se nos presenta como una continua lucha, casi como una guerra. Pero, incluso en el trasiego de la confrontación, nos queda la posibilidad de cavar una trinchera para resistir blandiendo, como espada al viento, la alegría.

La alegría es esa cosa que nos sale de dentro, de lo más íntimo; es algo sencillo. Podría decirse que es más bien la tregua que buscamos para cobrar fuerza y serenidad.

Con la alegría y con las penas se aprende la matemática dura de la vida: uno se entera de con quién puede contar.





DEFENSA DE LA ALEGRÍA

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y la definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica los paros cardíacos
y de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como un certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.