En cualquier escrito es muy importante la buena ortografía, la claridad, la cohesión y la concisión en la redacción. Pero sobre todo, imponer un estilo.
Algunos creen que redactar es cuestión de sentarse frente a un ordenador o una página en blanco y hacer una lluvia de ideas sin sentido. La presencia de un texto no radica en la erudición, la retórica, la verborrea o la complejidad de las palabras. Mucho menos en la redundancia y el abuso de argumentos lógicos que apoyen la idea central.
Esto no quiere decir que hacer uso de un lenguaje culto o científico sea incorrecto. Por el contario, este tipo de lenguaje le da un toque singular al texto, pues muestra el bagaje intelectual del autor. Pero cuando se abusa de él es cuando nuestros escritos pierden toda la gracia. Lo mismo sucede cuando, por evitar un lenguaje rebuscado, caemos en una simplicidad escrita que evidencia una pobreza de vocabulario y un toque insípido en el texto.
Técnicas sencillas de redacción
1. Usar la estructura Nombre-Verbo-Complemento. Lo que mata el interés de un escrito es no llegar nunca a la idea central. Por tanto, las oraciones subordinadas son el peor enemigo. Trata, pues, de ejercitar tu escritura utilizando oraciones simples.
La historia/ es /una mentira encuadernada.
En esta oración, las barras indican la división del nombre, del verbo y del complemento.
2. Puntuación. La idea del texto se pierde por la ausencia o exceso de signos de puntuación. El uso de la coma, el punto, los dos puntos, las comillas, los guiones, etc., a veces resulta complicado, pues no es fácil memorizar tantas reglas. Sin embargo, antes de redactar es recomendable dar un vistazo a las reglas principales para evitar errores de interpretación.
Estamos, aprendiendo a, escribir.
Aquí ninguna coma es válida. Solo el punto está correcto.
Si se quitan las comas se puede apreciar la idea completa de la oración.
Al ezcrivir, el áutor ace propió el conosimiento.
Este es un claro grito de ayuda. Además de muy preocupante, esta oracíón es vergonzosa.
Los eventos consuetudinarios que suceden en la rúa.
¿Y la idea es?
Estas son sólo algunas técnicas que se pueden poner en práctica en el momento de redactar. Claro está, el dominio de una buena redacción no se logra de la noche a la mañana. Es preciso empezar con pequeños relatos para luego ir profundizando tanto en las ideas como en la extensión de los textos.
Algo es cierto: la práctica hace al maestro.
Creo que os servirá mucho esto:
Empezar a escribir:
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Estructura de un historia:
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Estructura por capas:
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El narrador:
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El lector implícito:
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Revisión:
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La experiencia:
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Los diálogos:
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El tiempo I:
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El tiempo II:
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La imaginación:
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El reparto:
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Los protagonistas:
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Personajes secundarios:
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Creación de personajes:
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La caracterización I:
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La caracterización II:
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La autobiografía:
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