viernes, 4 de marzo de 2011

La literatura religiosa del Renacimiento



El Renacimiento impone una división entre lo natural y lo sobrenatural, frente a la Edad Media en que se mezclaban de una forma que Dios, la Virgen y los Santos intervenían en todo tipo de asuntos mundanos con apariciones y milagros. En esta nueva época, hay escritores mundanos, como Garcilaso de la Vega, y autores que únicamente expresan sentimientos religiosos, tanto en verso como en prosa. En el Renacimiento se desarrollan y manifiestan ampliamente estos sentimientos, fuertemente impulsados por la Contrarreforma, lucha contra la Reforma protestante, en la que se empeñaron la Iglesia y la Corona españolas.
La literatura religiosa puede manifestarse en tratados en prosa sobre materias espirituales (como Los nombres de Cristo, de Fray Luis de León), o bien en poemas cargados de espiritualidad (San Juan de la Cruz). De ambas maneras se expresaron las formas de vida religiosa, denominadas ascética y mística.

La ascética trata de perfeccionar a las personas incitándolas al cumplimiento estricto de las obligaciones cristianas e instruyéndolas en ello. Escritores importantes son fray Luis de Granada (1504-1588), San Juan de Ávila (1500-1569) y fray Juan de los Ángeles (1536-1609).
La mística trata de expresar los prodigios que algunos privilegiados experimentan en su propia alma al entrar en comunicación con Dios. Los místicos escriben preferentemente en verso (San Juan de la Cruz, aunque tampoco reniegan de la prosa (Santa Teresa de Jesús).

Crédito de este texto


Cántico espiritual de San Juan de la Cruz
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La noche oscura de San Juan de la Cruz
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Oda a la vida retirada de fray Luis de León
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Oda a Francisco Salinas de Fray Luis de León
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6 comentarios:

Eloísa dijo...

“Noche oscura” es tan sublime que no sé aún si me atrevo a hacer un comentario sobre este poema.
Siempre nos lo han enseñado como el apogeo de la espiritualidad y el misticismo, el máximo grado de unión del alma con Dios.
Pero no creo pecar de irreverencia si pienso que, al mismo tiempo, este poema destila una exquisita sensualidad que va in crescendo desde la primera estrofa hasta alcanzar el clímax al final; la imagen del aire? del amado? hiriendo su cuello con su mano provoca escalofríos (de los de Luis Cernuda). Y recitado así, es pura electricidad. No es de extrañar que todos los cuidados queden olvidados.

Eloísa dijo...

Estimado Profesor Manolo,

Creo que debe haber habido un error (y corríjame por favor si me equivoco) en el audio que está grabado en la Noche Oscura de San Juan de la Cruz, de modo que aparece el Cántico Espiritual. Pasa lo mismo en Ivoox. Adoro el Cántico, pero me apena que “haya desaparecido” No che Oscura, uno de mis poemas favoritos entre todos, junto a Llama de amor viva.

Ahora que hace poco que ha subido a Ivoox varias odas de Fray Luis, he comparado la poesía de los dos. Ambas son bellísimas, pero mientras en Fray Luis se puede sentir todavía la renuncia, la reflexión, la explicación, lo arduo del camino; San Juan de la Cruz ya ha llegado, está frente a frente con la plenitud, abandonado en ella, y todo es fácil.

Muchas gracias.

Manuel López dijo...

Llevas toda la razón, Eloísa. No lo había apreciado. Hace mucho tiempo ya que publiqué esta entrada.
Lo he comprobado y efectivamente, vuelve a ser el Cántico espiritual.
Creo que ya está arreglado.
Gracias.
Un saludo.

Alma dijo...

Qué precioso es este poema, Llama de amor viva de San Juan de la Cruz…

¡Cuán manso y amoroso
Recuerdas en mi seno,
Donde secretamente solo moras;
Y en tu aspirar sabroso
De bien y gloria lleno,
Cuán delicadamente me enamoras!

Eloísa dijo...

El escenario: una iglesia del siglo XVI. La voz: Amancio Prada. La poesía: el Cántico espiritual. Ha sucedido esta tarde y vengo emocionada. El poema es un derroche de amor.

Teresa dijo...

Esta divina prisión
del amor en que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo
y libre mi corazón.
Y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero
que muero porque no muero.