sábado, 17 de enero de 2015

Leon Tolstoi: El gatito (cuentos para niños)


(Liev Nikoláievich Tolstói; Yasnaia Poliana, 1828 - Astapovo, 1910) Escritor y ruso. Hijo del noble propietario y de la acaudalada princesa María Volkonski, Tolstói viviría siempre escindido entre esos dos espacios simbólicos que son la gran urbe y el campo, pues si el primero representaba para él el deleite, el derroche y el lujo de quienes ambicionaban brillar en sociedad, el segundo, por el que sintió devoción, era el lugar del laborioso alumbramiento de sus preclaros sueños literarios. (Seguir leyendo)
Eran dos hermanitos, niño y niña, llamados Vasia y Katia. Ellos tenían una gata. Al llegar la primavera, la gata desapareció. Los niños la buscaron por todas partes, pero no lograron encontrarla. Una buena mañana, los chicos estaban jugando cerca del granero y oyeron sobre sus cabezas unos maullidos muy finos. Vasia subió la escalera al techo del granero. Katia le preguntaba sin cesar desde abajo:
- "La has encontrado? ¿La has encontrado?"
Vasia no le respondía.
Pero, por fin, gritó: -¡La encontré! Es nuestra gata...Tiene gatitos. Son preciosos. ¡Sube enseguida!
(Ilustración de A. Pajómov)

Katia fue a casa en una corrida, tomó un platillo de leche y llevó a la gata. Los gatitos eran cinco. Cuando crecieron un poco y salían ya debajo del ángulo del techo en que habían nacido, los chicos eligieron a uno de ellos, pardo con calzas blancas, y lo llevaron a casa. La madre repartió entre las vecinas los demás gatitos y consistió que los chicos se quedaran con el gatito pardo. Los niños le daban de comer, jugaban con él y, cuando se acostaban, lo subían a la cama. El viento arrastraba la paja que había en el camino, el gatito jugaba con ella, y los chicos lo contemplaban muy regocijados.Luego encontraron cerca del camino acederas, se pusieron a recogerlas y se olvidaron del gatito. De pronto oyeron que alguien gritaba muy fuerte:
- "¡Atrás, atrás!" y vieron que se acercaba al galope un cazador precedido por dos perros , que habían visto al gatito y querían atraparlo. Pero el tontuelo del gatito, en vez de escapar, se agazapó, arqueó el lomo y se puso a mirar a los perros. Katia se asustó de los canes y, dando un grito, se alejó corriendo. Pero Vasia se lanzó a correr hacia el gatito y llegó a donde se había agazapado al mismo tiempo que los perros. Estos querían atrapar al gatito, pero Vasia se echó sobre él y lo tapó con su cuerpo. Llegó al galope el cazador y espantó a los perros. Vasia llevó el gatito a casa y no volvió a sacarlo al campo.

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