Un poco del olor de la ría de Huelva en la poesía de Cernuda.
El célebre muchacho del Conquero a quien Cernuda dedicara su famoso poema sigue siendo hoy un enigma. «Es un misterio quién fue», reconoce Antonio Rivero Taravillo. Sólo se sabe lo que el propio poeta sevillano contó o quiso contar sobre un episodio que propició la hermosa composición. Lo hizo en una postal –recientemente editada por primera vez– enviada desde Huelva el 14 de agosto de 1934 al editor malagueño Bernabé Fernández-Canivell, en la que le cuenta: «Aquí llegué sin conocer a nadie. Mas el retrato de la Antología ha hecho que me reconozcan unos muchachos y buscasen mi amistad. ¿Puede pedirse más a la poesía?».
Si alguno de esos muchachos de los que habla Cernuda fue el inspirador del famoso poema es todavía hoy un enigma, aunque bien es cierto que su Antología tuvo un éxito muy notable y pudieron reconocerle por la fotografía que aparecía en ella.
«No hay que ser muy sagaz para entrever que el inspirador del poema tal vez sea uno de aquellos muchachos onubenses que se le acercaron y con los que hablaría de poesía», explica Rivero Taravillo, quien, con todo, piensa que no hay que creerlo a pies juntillas, ya que en la misma postal advertía de que no conocía a nadie en Huelva, cuando en realidad estuvo con sus viejos amigos Adriano del Valle y José Caballero.
Publicado en El Mundo-Huelva Noticias el 6 de mayo de 2008
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