En “Una rama más alta” podemos observar que, a veces, la felicidad está en el deseo. Este deseo nos hace tener puestas muchas expectativas en algo y al conseguirlo, llevarnos una decepción. Esto le ocurre a Arístides, que va a abrir su regalo, ese que con tantas ansias quería y al hacerlo no siente nada.
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